I+D+i o I+D+I es el acrónimo para investigación, desarrollo e innovación. Hablamos de un concepto relativamente reciente, que se relaciona a la ciencia, a la tecnología y a las aplicaciones de estas últimas en la sociedad. Una idea que viene a revolucionar y superar a la anterior I+D, que recibe incentivos de promoción en distintas regiones del mundo. Argentina no es la excepción. La Ley del Software exige que para acceder a estos beneficios, la facturación debe contemplar un 4% de inversión dirigida a I+D+I.
Según relevamientos recientes del Observatorio Permanente de la Industria del Software y Servicios Informáticos (OPSSI) de la Cámara de la Industria Argentina del Software (CESSI), el 77% de las empresas se encuentran realizando actividades en la materia, y destinando el trabajo de un 10,6% de sus empleados a I+D+I. Las inversiones superan el exigido 4%, alcanzando un 7,7% de la facturación, o en cifras concretas: U$S202 millones.
La innovación no solamente mejora la competitividad de empresas y sectores productivos optimizando procesos y diferenciando productos, sino que también posibilitan mejoras en la sociedad, generan grandes cambios positivos en la calidad de vida, y luchan contra los conflictos del medio ambiente, abogando por un estilo de vida más saludable y sustentable.
Mientras en Argentina la competitividad del sector ha mejorado, en otras regiones, como en España, se han observado recortes en los presupuestos de beneficios fiscales. En España, el presupuesto para Investigación, Desarrollo e Innovación Tecnológica se ha visto reducido en un 49.8% con respecto al año anterior. Pero todos los países, en mayor o menor medida, conocen la importancia de potenciar actividades relacionadas con I+D+I y procuran políticas de apoyo.
Esko Aho (ex primer ministro de Finlandia) define a la investigación como una manera de invertir dinero para obtener conocimiento, y a la innovación como una metodología para obtener dinero invirtiendo conocimiento. Por eso es tan importante el círculo de retroalimentación de la I+D+I, aplicado a cualquier implementación ya sea en el ámbito corporativo o en el social. Las tres esferas que conforman el concepto (Investigación, Desarrollo e Innovación) requieren de un compromiso firme por parte de empresarios, políticos, educadores y ciudadanos. Un compromiso responsable para que la inversión realmente sea bien conducida, y que la inversión en la materia no esté considerada solamente con el objetivo de obtener subvenciones o beneficios económicos.